¿Qué se logró en la cumbre climática COP29 - 2024?...NADA
La conferencia multilateral celebrada el pasado noviembre en Bakú, Azerbaiyán, fue un fracaso para los globalistas. Una semana de discursos y reuniones interminables no fue suficiente para alcanzar un consenso sobre las subvenciones anuales que superara el trillón de dólares, para políticas de transición energética y mitigación del cambio climático. Después de tensas reuniones, los países desarrollados se comprometieron a transferir 300 billones de dólares anuales a los paises en desarrollo. Este monto además de subvenciones puede incluir deuda y otras formas de ayuda.
La representante de la India Chandni Raina con el apoyo de Bolivia, Cuba y Nigeria, calificó esa subvención de "monto insignificante", "esperamos una donación mucho mayor por parte de los países desarrollados", dijo, añadiendo que el apoyo "no inspira confianza de que salgamos de este grave problema del cambio climático" y lo tildó de una "ilusión óptica", informó el diario The Indian Express.
En Bakú, el fracaso de la COP29 "no es una opción", dijo el Secretario General de la ONU Antonio Guterres (21.11.2024). Pero dos días después, los delegados de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS), y de los países menos desarrollados (LDC), abandonaron las conversaciones, alegando que sus preocupaciones no estaban siendo escuchadas; un diálogo de sordos no salvará el planeta.
Las consecuencias de la guerra en Ucrania ha complicado la situación energética de Europa, lo suficiente como para aumentar la inflación, convenciendo a los gobiernos europeos de retroceder al menos en algunas medidas medioambientales y moderando su entusiasmo por promover el alarmismo climático global.
A este retroceso de los países europeos debemos considerar el hecho de que, a partir de 2025, Estados Unidos probablemente (ojalá no lo asesinen) tendrá como presidente a Donald Trump, quien mantiene una postura crítica frente al alarmismo climático y promete intensificar el fracking para la extracción de hidrocarburos en el país. En resumen, el futuro y las finanzas de la agenda climática tiene una cita con la realidad en cada COP por venir.
¿Tiene futuro la agenda verde? Tras la conclusión de la COP29, el panorama es de derrota. Las negociaciones no fueron positivas en cuanto a la reducción y el abandono del uso de combustibles fósiles. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, aprovechó el evento para describir al petroleo y al gas como "regalos de Dios". Hay esperanzas que en el próximo COP30, los países muestren avances en la meta de reducir emisiones, monitoren el progreso y solucionen el problema de financiamiento, de los contrario la credibilidad de la COP seguirá siendo desafiada.
En concreto, la COP29 terminó con resultados débiles o nulos, la crisis financiera de la "agenda verde" es recurrrente. El petroleo y sus derivados es un recurso natural que los mercados necesitan y será así por varias décadas. En la práctica, la "agenda verde" es una estrategia globalista para la transferencia de riqueza de los países pobres a los ricos y nuevas formas de control social, con más impuestos para financiar guerras y corrupción.
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