EL FIN DEL MURO DE BERLIN
Se cumplió 30 años
El fin del Muro de Berlín y la franja de la
muerte
El muro se levantó en 1961 y persistió
hasta el 9 de noviembre de 1989. Era una franja de la muerte, no eran uno sino
tres muros, uno que limitaba con Alemania Occidental y dos que impedían llegar
hasta él. Los datos y fotografías ahora nos revelan, que había también un foso,
cerca de púas, trampas, reflectores, una zona de arena para rastreo de huellas
y torres de vigilancia con asesinos listos para matar; muy diferente al muro de
Trump que está pintado de negro (para que absorba el calor y lo haga caliente
al tacto) y con puntas afiladas.
Vecinos del muro han dado
testimonio que por lo menos 140 fallecieron por impactos de bala al intentar
cruzar el muro, 5000 personas lograron escapar de diversas maneras, 90 topos construyeron
varios túneles, viviendo bajo tierra más de seis meses.
Ser descubierto tratando de
huir de Alemania Oriental, suponía una condena de tres años de cárcel. en los
meses posteriores a la caída del muro de Berlín fueron liberados 250 mil presos
políticos en toda Europa oriental.
Treinta años han pasado y nos
preguntamos ¿Qué hubiera pasado si Mikhail Gorbachov invocaba la “Doctrina
Brezhnev” y ordenaba que los tanques del “Pacto de Varsovia” ir sobre los manifestantes y
asesinaba a más 10,000 berlineses? Nada. No hubiera pasado nada. Fue lo que
hicieron los camaradas reformistas chinos ese mismo año de 1989 en Tiananmen.
Mataron a millares de disidentes y “la primavera china” se secó inmediatamente.
Si Gorbachov recurría a la violencia el comunismo seguiría imperando en la URSS
y en el Este de Europa, Fidel Castro también lo demostró años después: matar a
los disidentes puede parar cualquier intento de reforma en una tiranía
comunista.
La caída del muro también revela
que el comunismo, socialismo o socialismo bolivariano, nunca se adaptara a la
naturaleza humana. Ni la muerte o el terror podrán contra la diversa variedad
de las personas, lo que entrañaba hábitos, conductas y resultados diferentes,
rasgos que provocaban una inevitable estratificación social. Mientras el comunismo
y socialismo se alimenta de la muerte, la destrucción y el terror, el
capitalismo y la economía de mercado se alimenta de los cadáveres mas
ineficientes. Uno es dictadura con una pistola en la cien y el otro es libertad
con el riesgo y la incertidumbre por delante.
En este aniversario se han
revelado nuevos catálogos de opciones para morir en socialismo. El
colectivismo, entreverado con el narcotráfico, regresa por sus fueros y asoma
su oreja peluda en Chile, Ecuador y Perú. Ya no se trata de crear el paraíso en
la tierra, sino el infierno. No prevalecerá. Tampoco se adapta a la naturaleza
humana.
Comentarios
Publicar un comentario