LA POLITICA Y LA GUERRA ES LO MISMO
En el informe del Dr. Peter Navarro titulado "El Inmaculado Engaño" se proporciona un resumen, con amplias notas de las fuentes, como evidencia del fraude en seis estados. Todas las artimañas ejecutadas fueron a favor de la candidatura "a favor de la candidatura Biden - Harris", sostiene Navarro.
Por ejemplo, vamos a citar "un hecho curioso" ocurrido en un centro de votación en Georgia. En la noche de las elecciones se interrumpió de manera abrupta el conteo de votos en un centro de votación después de una "inundación" provocada por la "ruptura" de una tubería, con esta treta se suspendió el conteo y al día siguiente todo cambio. Empezaron a contar boletas falsas enviadas por correo por "misteriosas" personas. Estas boletas falsas favorecieron a Joe Biden por márgenes sospechosamente amplios.
Guerra y política, orden y violencia, violencia y democracia, y en el límite, vida y muerte, es parte del arsenal estratégico de los social comunistas para tomar el poder. El fraude fue un proceso que sigue una regla: "la política y la guerra es lo mismo", se manipularon las boletas, se violentó el proceso electoral, y se alteraron resultados. Es imposible explicar porque en un momento determinado del conteo de votos, aparecieron 432,000 boletas para Biden y cero para Trump. Los demócratas, además de hacer trampa y jugar con el proceso electoral en seis estados, también se zurraron en los principios básicos de la estadística: confiabilidad, validez y aleatoriedad.
Viviendo en el Perú, y luego de ver los fraudes electorales perpetrados por Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, este robo ya no es sorpresa. Sin embargo debo admitir que hasta ahora nunca se cometió seis fraudes en un mismo día, en seis estados, a una escala capaz de torcer la voluntad de setentaicinco millones de personas.
Fue un gran golpe, fue necesario la participación del Partido Comunista Chino y la infiltración de operadores políticos venezolanos y cubanos. También fue indispensable, tener el control de los medios de comunicación y los monopolios tecnológicos para censurar a los aliados de Trump en las redes. Nada se improviso y en el límite de la audacia, del todo o nada, la vida y muerte, el Partido Comunista chino lanzó el virus a todo el mundo. El bicho desencadeno un escenario perfecto para que los social comunistas del partido demócrata, diseñaran procedimientos fraudulentos utilizando los votos por correo. No es casualidad que los muertos votaron desde sus tumbas, o que miles votaron tres y cuatro veces.
El resto ya es historia conocida, los voceros del Estado profundo con la ayuda de los traidores en ambos partidos, han ordenado a los estadounidenses, que abandonen su honestidad intelectual, suspendan su sentido común, que ignoren y olviden lo que han visto.
Soy consciente de la antipatía o risas de los comunistas en estos momentos, pero soy hombre de principios. El fraude, robo y la violencia contra la democracia en Estados Unidos, nos conduce a una guerra, defenderemos la libertad, la vida y la propiedad privada.
Donald Trump ya fue, perdimos esta batalla, muchos se rendirán, pero esta en juego nuestra libertad. De ahora en adelante todo proceso electoral tendrá las sospechas de fraude o robo.
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