EL VIRUS CHINO Y LA SALUD MENTAL
Me pregunto puede traer algo
positivo esta pandemia. Los tiroteos y asaltos están en modo espera, el “juerges”
y “sábado chico” quizás no vuelvan pronto
(lo siento borrachines), lavarse y dejar de darnos un apretón de manos por algo
sin importancia se volverá más habitual, ahora tengo una razón legítima para
practicar el distanciamiento social, especialmente con aquellas personas que
detesto, la semana santa será después de décadas una semana de reflexión y ojala que
capitalistas y comunistas globalistas lleguen a reconocer las advertencias sobre nuestra adicción a la
mano de obra china barata, y la vulnerabilidad de la "cadena de
suministro" del mundo entero a los caprichos malvados de una dictadura
comunista.
La mala noticia es que estamos
experimentando una pandemia psíquica en todo tren, además de la viral. ¿Alguien
recuerda una carrera a las bodegas de “mi barrio” en las épocas del terrorismo
de Sendero Luminoso? Crisis económica y terrorismo mataron a mas de 40 mil
peruanos, tuberculosos más sidosos eran los apestados peruanos cuyas sombras
ahora recuerdo.
En el siglo XX, el comunismo
internacional proporcionó al mundo prisiones psiquiátricas, campos de
reeducación, colonias penales y métodos industriales de exterminio. En el 21,
ha agregado una enfermedad contagiosa virulenta a sus beneficios exportados.
Para mí los hechos cuentan, el
comportamiento criminal del PCCh, al ocultar el impacto y virulencia del virus
y perseguir a médicos que alertaron del caos que se iba a desatar, fue terrorífico.
El poder y legitimidad se ha puesto en duda al poner al planeta entero bajo
llave y diezmar la economía mundial.
El Partido Comunista exporto
el virus y también la manera de “contener” la pandemia. Sin ánimo de ser
exhaustivos, veamos las cifras la gripe común es contraída por mil millones de
personas anualmente y causa 300,000 a 600,000 muertes. (Al momento de escribir esta
nota, se habían reportado 707,000 casos de COVID-19 y 64,500 muertes en todo el
mundo). En 2009, el virus H1N1 infligió entre 150,000 y 575,000 muertes. SARS
(2002-4) y MERS (2012, 2015 y 2018), aunque relativamente contenidos, ambos
tenían tasas de mortalidad sustancialmente más altas que el coronavirus.
Hoy jueves 9 de abril, coronavirus
en Perú, minuto a minuto: ¡Cifra oficial! 5.256 infectados y 138 muertos y el
cierre de una nación entera. Para mi hay una desproporción palpable.
En "tiempos como
estos", a menudo los presidentes social confusos, progresistas y con
sensibilidad social nos instruyen que, si podemos salvar una sola vida, habrá
valido la pena el sacrificio de nuestro bienestar material y nuestras
libertades. Pero en comparación con las vidas salvadas por las medidas extremas
tomadas contra COVID-19, uno debe al menos ser consciente de las vidas perdidas
debido a cirugías canceladas y retrasos en los diagnósticos médicos, sin
mencionar los picos en las tasas de suicidio inducidas por quiebras, la
destrucción de carteras de jubilación, divorcios y soledad impuesta por el
gobierno.
La disciplina china se ha impuesto
en los medios informativos de todo el mundo a tal punto que se ha aceptado con
asombrosa indiferencia que la (sobre) reacción al virus, en lugar del virus en
sí mismo, causará un colapso económico global, llevando a millones de personas a
la falta de trabajo, la pobreza, el hambre, la enfermedad, el alcoholismo, la
adicción a las drogas, crimen, desesperación (y por lo tanto inevitablemente
muerte prematura). El comunismo chino con esta pandemia en adelante será un
manual, ha superado a Carlos Marx y su obra “El Capital”.
Sociólogos, historiadores y
psicólogos, los sospechosos habituales están sacando provecho de esta situación
y si son socialistas mejor, "nunca quieres que se desperdicie una crisis
grave".
El miedo, esa sensación de
angustia y sentimiento de desconfianza siempre crea inexorablemente su propia
realidad, pero la vida siempre tiene que enfrenar los peligros, emprender y
conquistar la cima siempre conlleva riesgos.
¿Acaso somos una masa de
necesitados, endeudados y empeñados en pagar las cuentas de la tarjeta de crédito?.
Percibo un gran temor en las redes sociales: detrás de memes y chistes hay
miedo, hay pavor.
Nada más duro y angustiante,
lo escuché por ahí, que pasar de rico a pobre.
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