Las stablecoins y el control financiero total. 1° parte.

La administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado planes para regular e impulsar la innovación en stablecoins dentro del país, según el zar de criptomonedas de Trump, David Sacks.

Las stablecoins son una de las principales áreas de enfoque para la administración de Trump, junto con la adopción de Bitcoin y el desarrollo de blockchain, declaró Sacks en CNBC en el programa Closing Bell Over Time el 4 de febrero del 2025.


Mientras continúa el intenso debate sobre la futura amenaza de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC), ya se ha instalado una realidad mucho más insidiosa: el sistema financiero actual funciona como una red de control digital que monitorea las transacciones, restringe las opciones y exige el cumplimiento mediante dinero programable.

Lo que comenzó como una ligera investigación sobre las medidas drásticas contra las criptomonedas ha derivado en algo más alarmante: En Estados Unidos y  Europa sus sistemas financieros ya operan bajo un equivalente a una CBDC.

  • El 92% de todos los dólares estadounidenses existen únicamente como entradas en bases de datos.
  • Sus transacciones son monitoreadas por agencias gubernamentales, sin orden judicial.
  • Su acceso al dinero puede revocarse en cualquier momento pulsando una tecla.
  • El Banco Central Europeo (BCE) está inmerso en acelerar el ritmo de implantación del euro digital. La fecha límite que se ha marcado el BCE para terminar la fase de preparación y pasar a las siguientes es octubre de 2025.
La Reserva Federal procesa más de 4 billones de dólares diariamente a través de su sistema de base de datos, mientras que los bancos comerciales imponen restricciones programables sobre lo que se puede comprar y cómo gastar el dinero. El Servicio de Impuestos Internos (IRS), la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el Departamento del Tesoro recopilan y analizan datos financieros sin una supervisión significativa, utilizando el dinero como arma de control. Esto no es especulación, es realidad documentada.

Ahora, mientras la Orden Ejecutiva 14178 del presidente Trump aparentemente "prohíbe" las CBDC, su administración avanza discretamente en una legislación sobre monedas estables que entregaría el control de las monedas digitales al mismo cártel bancario dueño de la Reserva Federal. La Ley STABLE y la Ley GENIUS no protegen la privacidad financiera, sino que consagran la vigilancia financiera en la ley, exigiendo un estricto seguimiento KYC (Know You Customer) un proceso que consiste en verificar la identidad de un cliente en cada transacción.

La "batalla" de Donald Trump no consiste en detener una futura CBDC, sino en consolidar el sistema de vigilancia financiera que ya existe. La soberanía financiera ya está bajo ataque, y las últimas vías de escape están desapareciendo. El estado de vigilancia no está por llegar; ya está aquí.

No se trata de derrotar a la tiranía digital: se trata de cambiarle la marca.

Comprender los términos y conceptos clave

Para comprender la profunda penetración que la vigilancia financiera ha tenido en nuestras vidas, primero debemos comprender la terminología que utilizan (y a menudo deliberadamente ocultan) funcionarios gubernamentales, banqueros centrales e instituciones financieras.

Moneda digital del banco central (CBDC)

Es una forma digital de dinero del banco central, emitida y controlada por la autoridad monetaria de un país. Si bien a menudo se presenta como una innovación futura, en https://www.lazomiranda.com/2023/04/monedas-digitales-de-la-banca-central-y.html sostengo que Las CBDC permitirá al gobierno observar y controlar todo a distancia. Es la herramienta que permitirá a los tiranos ejercer autoridad sobre otros sin ninguna interfaz física.

Moneda estable

Un tipo de criptomoneda diseñada para mantener un valor estable mediante su vinculación a un activo externo, generalmente el dólar estadounidense. Algunos ejemplos importantes son:

  • Tether (USDT): la moneda estable más grande (capitalización de mercado de $140 mil millones), administrada por Tether Limited con reservas en manos de Cantor Fitzgerald
  • USD Coin (USDC): la segunda stablecoin más grande (capitalización de mercado de $25 mil millones), emitida por Circle Internet Financial con el respaldo de Goldman Sachs y BlackRock.
  • Stablecoins emitidas por bancos: Stablecoins emitidas directamente por importantes instituciones financieras como JPMorgan Chase (JPM Coin) o Bank of America, que funcionan como dólares digitales pero permanecen bajo control regulatorio total, lo que permite restricciones programables y una vigilancia comparable a una CBDC.

Tokenización

El proceso de convertir los derechos sobre un activo en un token digital en una cadena de bloques o base de datos. Esto aplica tanto a monedas como a otros activos como bienes raíces, acciones o materias primas. La tokenización permite:

  • Representación digital de la propiedad
  • Programabilidad (restricciones sobre cómo, cuándo y dónde se pueden usar los activos)
  • Trazabilidad de todas las transacciones

Más información sobre tokens y economía blockchain aquíhttps://youtu.be/82ZwVb_J3OQ?si=1fcT2b0OZzH-o10T

Red de Responsabilidad Regulada (RLN)

Una infraestructura financiera propuesta que conectaría bancos centrales, bancos comerciales y activos tokenizados en una plataforma digital unificada, permitiendo un seguimiento integral y un posible control de todos los activos financieros.

Monedas de privacidad

Criptomonedas diseñadas específicamente para preservar la privacidad de las transacciones y resistir la vigilancia:

  • Monero (XMR): utiliza firmas de anillo, direcciones ocultas y transacciones confidenciales para ocultar el remitente, el receptor y la cantidad.
  • Zano (ZANO): ofrece privacidad mejorada con tecnología de capa confidencial que puede extender las funciones de privacidad a otras criptomonedas.

Dinero programable

Moneda que contiene reglas integradas que controlan cómo, cuándo, dónde y quién puede usarla. Ya existen ejemplos en:

Conozca a su cliente (KYC) / Prevención del lavado de dinero (AML)

Los marcos regulatorios exigen que las instituciones financieras verifiquen la identidad de sus clientes y reporten transacciones sospechosas. Si bien su objetivo aparente es prevenir la delincuencia, estas regulaciones se han ampliado para crear una vigilancia financiera integral con mínima supervisión.

Ley de Secreto Bancario (BSA) / Ley Patriota

Las leyes estadounidenses exigen la vigilancia financiera, eliminan la privacidad de las transacciones y otorgan a las agencias gubernamentales amplias facultades para monitorear la actividad financiera sin orden judicial. Estas leyes constituyen la base legislativa del actual sistema de control financiero.

Ley STABLE / Ley GENIUS

La legislación propuesta restringiría la emisión de monedas estables a los bancos y las entidades reguladas, exigiendo un cumplimiento integral de KYC/AML y colocando efectivamente a las monedas estables bajo el mismo marco de vigilancia que la banca tradicional.

Comprender estos términos es esencial para reconocer cómo el sistema financiero actual ya funciona como un mecanismo de control digital, a pesar de la ausencia de una “CBDC” designada oficialmente.

La realidad del dólar digital: la CBDC no reconocida de Estados Unidos

El mayor truco de las finanzas modernas no son las criptomonedas ni los derivados complejos, sino convencer al mundo de que no viven bajo un sistema de moneda digital de un banco central. Desmontemos esta ilusión examinando cómo el dólar actual ya funciona como una CBDC plenamente operativa.

La base digital del dólar actual

Cuando la mayoría de los estadounidenses piensan en dinero, imaginan efectivo físico cambiando de manos. Sin embargo, esta imagen mental está profundamente anticuada: el 92 % de toda la moneda estadounidense existe únicamente como entradas digitales en bases de datos, sin forma física alguna. La Reserva Federal o banco central, no crea la mayor parte del dinero nuevo imprimiendo billetes, sino que lo genera añadiendo números a una base de datos.

Este proceso comienza cuando el gobierno vende valores del Tesoro (pagarés) a la Reserva Federal. ¿De dónde obtiene la Reserva Federal el dinero para comprar estos valores? Simplemente añade dígitos a su base de datos, creando dinero de la nada. El gobierno luego paga sus facturas a través de su cuenta en la Reserva Federal, transfiriendo estos dólares digitales a proveedores, empleados y beneficiarios de prestaciones.

La infraestructura digital de la Reserva Federal procesa más de 4 billones de dólares en transacciones diarias, sin que se intercambie ni un solo dólar físico. No se trata de un pequeño sistema experimental: es la columna vertebral de toda la economía norteamericana.

La Extensión Bancaria

Los bancos comerciales extienden este sistema digital. Cuando depositas dinero, el banco lo registra en su base de datos. Mediante la banca de reserva fraccionaria, crean dinero digital adicional (hasta nueve veces tu depósito) para prestarlo a otros. Esta multiplicación se realiza completamente en bases de datos, sin necesidad de una nueva moneda física.

Hasta hace poco, los bancos debían mantener el 10% de sus depósitos como reservas en la Reserva Federal. La legislación sobre la COVID-19 eliminó incluso este requisito mínimo, aunque la mayoría de los bancos aún mantienen niveles similares por razones operativas. La clave sigue vigente: el dólar existe predominantemente como entradas en una red de bases de datos controladas por la Reserva Federal y los bancos comerciales.

Es programable, es rastreable

Quienes temen la capacidad de una futura CBDC de programar y restringir el uso del dinero pasan por alto una realidad crucial: los dólares digitales actuales ya tienen estas capacidades incorporadas.

Consideremos estos ejemplos existentes:

  • Cuentas de Ahorro para la Salud (HSA): Estas cuentas limitan los gastos a gastos médicos aprobados mediante códigos de categoría de comerciante (MCC) programados en el sistema de pagos. Si intenta comprar artículos no médicos con fondos de la HSA, la transacción se rechaza automáticamente.
  • La Mastercard de Doconomy: esta tarjeta de crédito, copatrocinada por las Naciones Unidas a través de su Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de Acción Climática, rastrea la huella de carbono de los usuarios de sus compras y puede bloquear el acceso cuando se alcanza un límite de carbono predeterminado.
  • Tarjetas de Transferencia Electrónica de Beneficios (EBT): Los programas de asistencia gubernamental ya utilizan restricciones programables para controlar lo que los destinatarios pueden comprar, rechazando automáticamente las transacciones de productos no autorizados.

Éstas no son capacidades teóricas: están operativas hoy en día, utilizando exactamente la misma infraestructura de dólar digital que ya existe.

Vigilancia y censura: presente, no futuro

El aparato de vigilancia de los dólares digitales está igualmente consolidado. La Ley de Secreto Bancario exige que las instituciones financieras reporten transacciones sospechosas, mientras que la Ley Patriota amplió drásticamente estos requisitos de monitoreo. El IRS (Servicio Interno de Rentas) utiliza inteligencia artificial para analizar los patrones de gasto en millones de cuentas, mientras que la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) recopila masivamente datos financieros mediante programas revelados por Edward Snowden.

Esta vigilancia facilita la censura activa, como se demostró durante las protestas de camioneros en Canadá en 2022, cuando los bancos congelaron las cuentas de donantes sin revisión judicial. Congelaciones de cuentas similares han afectado a individuos que van desde Kanye West hasta el Dr. Joseph Mercola, todos utilizando el sistema actual del dólar digital.

En marzo de 2025, el Tesoro intensificó este marco, reduciendo el umbral de declaración de transacciones en efectivo de 10.000 dólares a 200 dólares en 30 códigos postales cerca de la frontera suroeste, sometiendo a más de un millón de estadounidenses a un mayor escrutinio con el pretexto de frenar la actividad ilícita.

La instrumentalización de la vigilancia financiera

Los gobiernos justifican la vigilancia financiera con el pretexto de combatir el terrorismo, el lavado de dinero y el crimen organizado, pero los datos revelan una historia diferente. Desde la aprobación de la Ley de Secreto Bancario (BSA) en 1970 y la Ley Patriota en 2001, el gobierno estadounidense ha acumulado billones de registros financieros de ciudadanos comunes. Sin embargo, estas leyes no han logrado frenar los delitos financieros. En cambio, se han utilizado para perseguir a disidentes políticos, confiscar activos sin el debido proceso y criminalizar las transacciones en efectivo.

  • El Tesoro de Estados Unidos admitió que no puede rastrear 4,7 billones de dólares en gastos, pero exige el cumplimiento de las personas en transacciones tan pequeñas como 600 dólares.
  • La Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN) ha recopilado miles de millones de registros de transacciones, pero no ha logrado demostrar ninguna reducción significativa de los delitos financieros.
  • Los Informes de Actividades Sospechosas (SARs) se utilizan para justificar confiscaciones de activos sin cargos, mientras que bancos como JPMorgan y HSBC han lavado miles de millones de dólares para los cárteles de la droga sin consecuencias.
  • El dólar estadounidense sigue siendo la moneda principal para el terrorismo, el tráfico de personas y la financiación de la guerra; sin embargo, el gobierno quiere culpar a las criptomonedas de privacidad.
Mientras el gobierno exige transparencia total sobre nuestro dinero ha perdido la pista de billones de dólares e incluso ha canalizado el dinero de los contribuyentes directamente a grupos terroristas. Si la transparencia financiera es tan importante, el Tesoro de Estados Unidos y el Banco Central Europeo debería ser los primeros en cumplirla.

Las leyes financieras nunca buscaron frenar la delincuencia, sino controlar a la gente.

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